“Jornadas laborales establecidas en 8 horas totalmente innecesarias. Deberíamos de dividir las jornadas, contratar a más gente, mantener los sueldos, y el paro bajaría. La poca calidad de los trabajos accesibles sin estudios ni experiencia, que se aprovechan de la clase obrera menos formada o con más necesidades que tiene más tendencia a precarizarse. Las ilusiones de: “estudia y encontrarás un mejor trabajo, trabaja de lo que te gusta y no trabajarás nunca” son todo mentiras que nos creemos por no hundirnos en la realidad que se que vamos a pasar más tiempo en el trabajo que con familia, amigos, hobbies o descanso. Es muy injusta la manera en la que el sistema tiene planteada la vida laboral: se nos dan esperanzas que no son factibles en realidad, y pensamos que es culpa nuestra, somos la generación con el síndrome del impostor, no nos creemos suficientemente buenos para ejecutar el trabajo; la generación de workahics, tenemos que dar el 100% al trabajo para darle valor al esfuerzo de nuestros padres por pagarnos unos estudios para tener una mejor vida que ellos. Realmente no se nos prepara para la realidad del mundo laboral: competencia desleal, contratos basura de prácticas donde no vemos un duro. Cada año que pasa te decepciona más la poca promoción dentro de una empresa y verte estancado sin cumplir no solo tus sueños si no tampoco las expectativas paternas.”