Masha. Emancipación y precariedad.

En esta entrada cogemos el testimonio de Masha, una chica de 28 años olifacetica quien tiene múltiples proyectos artísticos que podemos conocer en su instagram @mashagrrrl además de ser una de las host del podcast “Club Babalà” su vida laboral empezó a los 16 años como camarera de fin de semana, pero no fue hasta los 21 que consiguió un trabajo cotizado.

Su situación fue como la de muchos otros jóvenes que quieren ganar su propio dinero, tuvo que estudiar y trabajar dando resultado a unos ritmos de vida que no eran sanos ni para el cuerpo ni para la mente. Su proceso de emancipación se dió a los 23 años cuando, mediante el paro que le habían otorgado por haber trabajado durante 2 años, pudo salir del hogar familiar y acabar sus estudios. Es en esta situación donde vemos la dificultad que muchos jóvenes tienen a la hora de compaginar estudios y trabajo, ya no solo por el esfuerzo físico que supone mantener una vida tan ocupada sino por el mental, por que es en la mente donde surgen las dudas de validez, de si se podrá con todo, de si a parte de tener que subsistir por uno mismo también se podrá seguir estudiando de aquello que a uno le apasiona.

Para poder continuar con su independencia, Masha, tuvo que trabajar en tres trabajos, la pérdida de uno de ellos desencadenó en su primer ataque de ansiedad.

“Cuan vaig perdre la feina de cambrera el va pegar el primer atac d'ansietat descontrolat on vaig acabar a l'hospital només per la por de no poder”.

En su testimonio nos acerca a una mirada pésima que muchos jóvenes comparten acerca de su futuro laboral. “Les il·lusions d'estudia i trobaràs una millor feina, treballa de lo que t'agrada i no treballaras mai. Són tot mentides que ens creiem per no afonar-nos en la realitat que es que anem a passar més temps a la feina que amb família, amics, hobbies o descans. Es molt injusta la manera en la que el sistema te plantejada la vida laboral”

“Com he dit sens donen esperances que no són factibles en realitat, i pensem que és culpa nostra, som la generació amb sindrome de l'impostor, no ens creiem prou bons per a ejecutar la feina, som la generació de workaholics, tenim de donar el 100% al treball per a donar-li valor a l'esforç dels nostres pares en podernos pagar uns estudis per a tindre una millor vida que ells.”

Las posibilidades de independizarse mediante una ayuda pública son expectativas a muy largo plazo, casi innexistents. “La regularització de l’alquiler es una cosa que no vec que puga arribar prop i fa molta llàstima. L'únic que es conseguix es gentrificar barris humils fent que es desborden els preus als anys”. Aún así nos comenta como el hecho de quedarte en casa de los padres hasta los 30 años no tiene que avergonzar a nadie ya que este pensamiento está escrito desde una posición de privilegio